En el marco del Día Mundial contra el Cáncer las investigaciones para actuar en la prevención y control de esta enfermedad no se detienen. A pesar de que no se haya descubierto la cura aún, nos hemos dado cuenta que los avances han sido significativos, por lo que hoy más que nunca hay más razones para tener esperanza y que se siga invirtiendo en las herramientas necesarias hasta lograr el cometido. Estas 4 opciones sin duda lograrán un avance:

Medicina de precisión:
Con esta medida se espera que todas las personas reciban atención personalizada, con tratamientos que coincidan con su genética e historial clínico. Tal personalización promete ser más efectiva y causar menos efectos secundarios que las tradicionales desarrolladas para el paciente promedio. Las opciones para muchas personas con cáncer han mejorado drásticamente a través de terapias dirigidas que revierten los efectos de mutaciones genéticas específicas en sus células tumorales.

Terapia celular:
Además de fármacos como ipilimumab y nivolumab, investigadores están desarrollando otra estrategia de inmunoterapia en la que se manipulan las propias células T del paciente para atacar más fácilmente las células cancerosas. En este tratamiento, llamado terapia con receptor de antígeno quimérico, o terapia CAR, las células T se extraen de la sangre de un paciente, se modifican genéticamente para reconocer ciertas proteínas en las células cancerosas y se vuelven a infundir en el torrente sanguíneo del paciente. El enfoque se muestra prometedor para la leucemia linfoblástica y algunos otros cánceres de la sangre, y podría ser potencialmente útil también para tratar tumores sólidos.

Terapia epigenética:
Los médicos han buscado durante mucho tiempo formas de controlar el cáncer eliminando tumores o envenenándolos con sustancias químicas y radiación. Pero, ¿qué pasaría si el cáncer pudiera tratarse de una manera diferente, transformando las células cancerosas en lugar de destruirlas? La investigación sobre la epigenética está cambiando nuestra comprensión del cáncer y muchas otras enfermedades. También ha llevado al desarrollo de una serie de nuevos fármacos en ensayos clínicos. Todos ellos se dirigen a las enzimas epigenéticas, que regulan la programación genética de una célula. En lugar de destruir las células cancerosas, las terapias buscan poner a las células en un camino de regreso hacia el crecimiento y desarrollo normales.

Investigación sobre la metástasis:
Durante casi 200 años, los científicos se han esforzado por comprender la metástasis, el proceso que permite que algunas células cancerosas se desprenden de su tumor de origen y echen raíces en un tejido diferente. La metástasis causa nueve de cada diez muertes por cáncer y las tasas de supervivencia no han mejorado mucho. El proceso ha sido un desafío de estudiar y controlar por muchas razones. Una es que las células tumorales metastásicas son muy raras en el cuerpo en comparación con los millones de células tumorales que no causan metástasis y, por lo tanto, son difíciles de detectar y aislar. En 2014, científicos descubrieron que las células tumorales metastásicas tienen una tendencia notable a adherirse a los vasos sanguíneos, un mecanismo de supervivencia que podría ser importante para la propagación de muchos tipos de cáncer. Nuestros investigadores también han arrojado luz sobre cómo las células cancerosas se esconden y permanecen sin ser detectadas por nuestro sistema inmunológico, abriendo una nueva y prometedora vía de tratamiento.

El cáncer se cataloga como un mal casi imposible de revertir y se convirtió en una enfermedad normalizada, sin embargo, se espera que nuestra relación con ella será mucho más parecida a la que tenemos con las enfermedades infecciosas, para las que tenemos antibióticos y otros tratamientos.

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